Un vigilante

Sucesos

Un vigilante atrapa a otro menor cuando robaba a una mujer en un cajero de Valencia

"Se revolvía como un loco, lloraba y fingía que no sabía hablar", asegura el empleado del banco que evitó la huida del adolescente








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Dos agentes de la Policía Nacional trasladan al menor minutos después de su arresto, ayer, en un banco de la avenida Doctor Waksman de Valencia.




Mirada inocente y ropa infantil, discreta y desenfadada. De entre 10 a 12 años de edad. Podría pasar por un niño cualquiera. Así es el menor que ayer por la mañana intentó arrebatar a una anciana su dinero en un cajero automático de Valencia.

Y es que la lacra de los menores especializados en esta modalidad delictiva, habitualmente pertenecientes a bandas de origen rumano, parece no tener fin. Si hace pocos meses fueron los bancos de la zona de Blasco Ibáñez los que sufrieron su azote, ahora parece haberle llegado el turno al distrito de Ruzafa.

Ayer la historia volvió a repetirse en una sucursal bancaria de la avenida Doctor Waksman. El reloj marcaba las doce del mediodía y el ir y venir de clientes era constante en la puerta de la entidad financiera. De repente, se colaron dos niños que, según los testigos, "no pasarían de los 13 años" y empezaron a desarrollar su estudiada parafernalia.

Tuvieron la paciencia de esperar a que el vigilante de seguridad se apartara momentáneamente de la entrada, "ya que se produjo un apagón dentro del banco", como explicó el propio empleado, Salvador Borrás, de 30 años de edad.

En ese mismo instante, una mujer de avanzada edad (unos 70 años) se disponía a sacar dinero del cajero automático, cuando fue abordada por los dos menores. Uno de ellos llevaba una carpeta de color azul, con la que trató de distraer a la víctima para así poder arrebatarle el dinero que acababa de salir por la ranura.

Sin embargo vio perfectamente como los pequeños trataban de agarrar el fajo de billetes, cuya cantidad no ha trascendido. "¡Policía, policía!", comenzó a gritar la mujer presa del pánico.

Salvador dejó lo que estaba haciendo y salió del interior del banco a la zona del cajero. "Al principio he podido coger a los dos, pero uno se me ha escapado", relató en declaraciones a LAS PROVINCIAS. Al verse acorralado, el menor "comenzó a revolverse como un loco a llorar y a pegarme. Lo más curioso es que fingía que no sabía hablar y hacía una especie de gemido, como si fuera mudo", describió el trabajador de la entidad financiera.

Mientras el vigilante retenía al sospechoso del robo, los empleados alertaron al 091. Con gran rapidez llegó al lugar una patrulla de la Policía Nacional que se entrevistó con Salvador para saber lo que había ocurrido. Los agentes se llevaron al menor a Jefatura Superior para interrogarle. El pequeño salió tranquilo y resignado, con la carpeta y un bolígrafo en la mano. Varias personas mayores le increparon llenas de indignación.

Tanto la Policía Local como la Policía Nacional han capturado desde finales de verano a varios menores por cometer robos con este procedimiento. Suelen estar aleccionados por bandas de nacionalidad rumana. La Jefatura de Policía no pudo confirmar el país de origen del niño capturado "para preservar al máximo su intimidad, ya que es menor".