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Mensaje  A. Montesinos Lun 3 Mar 2008 - 9:40

Movimiento contra la Intolerancia presenta una querella por una agresión racista de un vigilante del metro de Madrid






Redacción / EP
Movimiento contra la Intolerancia informó hoy de que ha presentado una querella criminal por una agresión racista de un vigilante del metro de Madrid contra una inmigrante nigeriana que, tras un control de billetes, recibió diversos golpes que le causaron un esguince cervical y contusiones.

Los hechos ocurrieron el pasado 14 de febrero en la estación de Joaquín Vislumbrales, en Alcorcón. Lilian, víctima de la agresión, y su amiga Stella viajaban en un vagón cuando, según su propia versión difundida por el Movimiento contra la Intolerancia, tres revisores de metro y un vigilante entraron en su vagón pidiendo el billete a todas las personas.

Una revisión médica certificó que Lilian sufrió como consecuencia de la supuesta agresión un esguince cervical y contusiones, por lo que lleva 15 días de baja. Además, padece estrés postraumático y vive procesos de pánico a los uniformes.

Movimiento contra la Intolerancia denunció al supuesto agresor por lesiones, amenazas e injurias, solicitando la expulsión de la empresa por las connotaciones violentas y racistas de su conducta. Asimismo, esta ONG reclamó al Juzgado las grabaciones de las cámaras de seguridad del metro, al tiempo que se cercioró de que los abono-transporte de las dos inmigrantes eran válidos.

Según el relato de los hechos de Lilian, un revisor del metro les pidió el ticket-abono transporte y, posteriormente, le indicaron que se tenían que bajar en la parada de Joaquín Vislumbrare, donde también le reclamaron a ambas la documentación. "Nosotras, extrañadas, preguntamos por qué nos la pedían, si teníamos el abono", explicó Lilian, quien además dijo que tenía "prisa" porque tenía que trabajar.

En ese momento, el vigilante de seguridad --siempre según el relato de Lilian-- les insultó reiteradamente diciéndoles que venían "a trabajar a aquí de putas", añadiendo un gesto de felación con la boca y la mano. "Yo le contesté que eso lo será su mujer, y en ese momento es cuando el vigilante empieza a pegarme puñetazos, tirarme del pelo, romperme el abrigo, diciendo que nos va a matar, que nos vayamos a nuestro país, que está harto de inmigrantes, que va a acabar con todos uno a uno, que era racista, que le daba igual decirlo, que nos cortara el cuello, que le da igual ir a la cárcel, que va a hacer que nos deporten", detalló Lilian.

Al ver la agresión, Stella intentó ayudar a su amiga pero, según su relato, al menos unos seis revisores y algún vigilante más le sujetaron. Al hacer el intento de grabar la agresión con el móvil, una de estas personas se lo quitó y "lo destrozó".

"CORRÍ LLORANDO Y GRITANDO SOCORRO"
"Yo en un momento me escapé", explicó Lilian, "y corrí llorando y chillando socorro por el andén", aunque "el mismo vigilante" le persiguió "haciendo gestos de cortarme el cuello". Finalmente, alcanzó a Lilian y la empujó a un banco metálico, colocando su porra en la nuca de la mujer para inmovilizarla, momento que aprovechó para intentar ponerle las esposas. Lilian forcejeó con el vigilante, que llegó a cerrarle el paso y decirle que la iba a tirar a la vía del metro.

Según Lilian, otro vigilante consiguió sujetar al agresor para evitar que le tirara a la vía. Mientras tanto, Stella pudo ver cómo una señora que iba con su hijo se paraba para preguntar por qué le pegaban y perseguían, a lo que los revisores y vigilantes del metro le respondieron insultándole y conminándole a que se fuera.

"Cuando sujetaron al vigilante que me pegaba se acabó la agresión y pedí que, por favor, viniera la policía, y me dijeron que ya la habían llamado", detalló Lilian. Cuando se personó la policía, sólo quedaban dos vigilantes de seguridad y el resto de revisores y vigilantes --que llegaron a ser entre seis y ocho-- habían desaparecido. "Ninguno de los dos vigilantes que allí había era el que me había pegado", lamentó Lilian, quien explicó que los dos agentes de policía se quedaron "extrañados" al comprobar que su abono transportes era válido.

Fuente: http://www.diariosigloxxi.com/texto-ep/mostrar/20080302191926
A. Montesinos
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